Los más grandes científicos (Leonardo da Vinci, Galileo, Einstein,…) siempre han aludido de una u otra manera a lo esencial de las Matemáticas y su increíble capacidad para explicar el mundo que nos rodea.

Las Matemáticas son indispensables en la vida diaria en ámbitos tan cotidianos como la gestión de la economía del hogar y nuestra sociedad cada vez depende más de las Matemáticas: Transporte, economía, gobernanza, comunicación, energía, urbanismo, Ciencias Sociales, Medicina, etc.

Por otra parte, los análisis e informes realizados en los países más avanzados siempre acaban concluyendo la necesidad de reforzar la formación matemática para que las nuevas generaciones de científicos, ingenieros y tecnólogos sigan contribuyendo de manera decisiva al progreso.

Un matemático bien formado puede trabajar en cualquiera de esos campos. Cada vez se valora más la mente matematizada pues las Matemáticas no solo sirven para contar, sino que son también esenciales para estructurar el pensamiento de manera sistemática, a través modelos consistentes y lógicos, sea cual sea el ámbito del conocimiento o de ejercicio profesional.

Por supuesto, las Matemáticas conducen también en algunos casos a una carrera docente y/o investigadora pero el espectro de campos posibles es muy amplio y no hace más que crecer en la medida que las Matemáticas van penetrando en todos los ámbitos de actividad.

-Usted ha hablado en más de una ocasión de unas Matemáticas para vida. ¿Puede desarrollarlo?

El mundo en que vivimos es cada vez más complejo, más global, más interconectado. Basta mirar una o dos generaciones atrás para ver el cambio radical que se ha producido en nuestro modo de vivir y de relacionarnos con el mundo.

Y el proceso no ha hecho más que empezar: los más jóvenes que cada vez salen más al extranjero, a estudiar o a desarrollar su carrera profesional.

Una mente matematizada es uno de los mejores pasaportes a la hora de emprender la aventura vital. Nos hace más lúcidos a la hora de abordar escenarios de crisis, de conflicto, de duda, de elección. No en vano la Teoría de Juegos que nos enseña como elegir la mejor opción posible, o la menos mala, que es muchas veces lo mismo, es de naturaleza matemática.

Las Matemáticas pues son un excelente salvoconducto para la vida.

Por otra parte las Matemáticas son cada vez más empleadas en la investigación en Biología, Medicina, las Ciencias de la Tierra. No en vano el año 2013 es el año Internacional de las Matemáticas del Planeta Tierra [http://mpe2013.org/]

-Tenemos a grandes matemáticos en España, pero nuestros alumnos ocupan los últimos lugares de la OCDE en esta disciplina. ¿A que se debe que muchos vean y sientan las Matemáticas como una materia muy complicada, incluso antipática? En otras palabras ¿por qué tienen tan mala fama en nuestro país?

Las Matemáticas son complejas por naturaleza. Constituyen, junto con el Lenguaje, uno de los pilares fundamentales de nuestra civilización.

El alumno desde niño se expone a las Matemáticas durante muchos años y es normal que algunos se sientan más atraídos y cómodos a medida que el nivel comienza a subir y se abordan cálculos más complejos además de los problemas más abstractos y de carácter lógico y a la vez que a otros se les haga más cuesta arriba.

Tal vez uno de los problemas de nuestro sistema educativo es dar, en cierta medida, la espalda a este hecho e insistir en mantener los mismos programas, los mismos ritmos para todos los alumnos. En otras materias, como en el deporte, no pedimos las mismas marcas a todos los niños en vista de sus diversas cualidades fisicas. Pero en las Matemáticas y otras materias lo hacemos generando grandes dosis de frustración.

Regularmente abordamos la reforma de nuestro sistema educativo pero parece que esos temas básicos nunca acaban de emerger en la superficie del debate. Los tiempos de los consensos parecen haber quedado atrás y eso afecta también a algo tan importante como es un marco legal mínimo para la educación de nuestros hijos y de las futuras generaciones. Y esto debilita nuestro sistema educativo en materias tan sensibles como las Matemáticas.

Es bien sabido que las Matemáticas son de naturaleza compleja y que un buen dominio de las mismas exige un elevado desarrollo cognitivo. Inútil simplificar las cosas achacando las culpas a la incompetencia de maestros y profesores que necesitan también sentirse apoyados y reconocidos.

Las Matemáticas son esenciales, apasionantes, hermosas, pero debemos encontrar la justa medida para cada uno y para ello nuestro sistema educativo se debe diversificar, flexibilizar, enriquecer.

-Según algunos expertos se enseñan mal las Matemáticas. ¿Falta formación entre el profesorado? ¿Es un problema de transmisión de conocimientos? ¿De didáctica?

Las Matemáticas se entienden mejor si se enseñan desde una perspectiva histórica. Resulta poco eficaz empezar con las construcciones más recientes y abstractas. Si a los científicos llevó siglos llegar a ellas, ¿cómo podemos esperar que resulten naturales a nuestros jóvenes en clase?

Por otra parte, el ejercicio es el mejor camino a la comprensión. Como en el deporte, en Matemáticas nada mejor que ejercitarlas para comprenderlas y avanzar. Hacer muchas sumas es el mejor camino para automatizar las operaciones en nuestro cerebro, que necesita aprender.

Además, a pesar del paso del tiempo y de las innovaciones metodológicas y didácticas, los contenidos esenciales han cambiado poco. Nada más importante que dominar las operaciones básicas, la regla de tres y los porcentajes. Una mente matematizada para ver más claro.

Ya en 1955 D. Pedro Puig Adam (Barcelona, 12 de mayo de 1900 – Madrid, 12 de enero de 1960) publicó su famoso ”Decálogo de la Enseñanza de las Matemáticas”. La mayoría de los principios que enunció siguen plenamente vigentes. Son los siguientes:
1. No adoptar una didáctica rígida, sino amoldarla en cada caso al alumno, observándole constantemente.
2. No olvidar el origen de las Matemáticas ni los procesos históricos de su evolución.
3. Presentar las Matemáticas como una unidad en relación con la vida natural y social.
4. Graduar cuidadosamente los planos de abstracción.
5. Enseñar guiando la actividad creadora y descubridora del alumno.
6. Estimular dicha actividad despertando internes directo y funcional hacia el objeto del conocimiento.
7. Promover en todo lo posible la autocorrección.
8. Conseguir cierta maestría en las soluciones antes de automatizarlas.
9. Cuidar que la expresión del alumno sea traducción fiel de su pensamiento.
10. Procurar a todo alumno éxitos que eviten su desaliento.
Se trata de principios que nuestros maestros y profesores conocen. Pero sin duda también ellos necesitan estímulo, apoyo y, cómo no, colaboración familiar. Vivimos tiempos difíciles y es fundamental que el profesor y el maestro se sienta reconocido, para que siga haciendo su trabajo con excelencia.
Por otra parte, y aunque los principios arriba indicados son invariables, es importante incidir también en la formación del profesorado tanto en contenidos o en metodologías. Hoy en día por ejemplo las herramientas informáticas juegan un papel importante clave en clase y el profesor también necesita prepararse para hacer un uso óptimo de las mismas. A pesar de ello resulta sorprendente cómo las reflexiones de Puig Adam, enunciadas en una época de clases en blanco y negro, siguen siendo plenamente vigentes en la era de las nuevas tecnologías.

-¿Cómo se puede motivarles? ¿Habría que intentar otras fórmulas para despertar el interés de los estudiantes?

En mi opinión debemos de prestar más atención a la diversidad. Es imposible tener éxito en la enseñanza de las Matemáticas sin atender a la diversidad del alumnado. Las nuevas herramientas informáticas pueden ser y son un buen aliado y herramienta para hacerlo en clase, con la estructura organizativa que nos hemos dado, según la cual los alumnos van al colegio o escuela del barrio y muchas veces se organiza en clase simplemente por orden alfabético.

No debemos de olvidar que en los países líderes las escuelas desarrollan perfiles diferenciados, que los alumnos eligen y se seleccionan en función de sus afinidades y resultados. No estamos hablando sólo de los alumnos de alta cualificación, que los hay, sino de la inmensa mayoría de los alumnos que en materias tan específicas como las Matemáticas disfrutarían más en clases más homogéneas aprendiendo más.

Sin duda alguna en vista de los vertiginosos cambios que se producen en el mundo es imprescindible que las Matemáticas se motiven desde una perspectiva actual, con ejemplos reconocibles por los alumnos, que les permita sentir su utilidad, para encontrar una mayor motivación.

-¿La situación de está materia tiene que ver con la tradicional y escasa cultura científica española?

Don Santiago Ramón y Cajal (Petilla de Aragón, Navarra, 1 de mayo de 1852 – Madrid, 17 de octubre de 1934) lo dijo muy claro: “Al carro de la cultura española le falta la rueda de la Ciencia”.

Y la valoración de la Ciencia en nuestra sociedad sigue siendo volátil. Sin duda alguna es necesario insistir en su papel central como elemento de desarrollo del país de modo que eso se asuma por parte de la ciudadanía y simultáneamente por nuestros Gobiernos. Y para eso necesitamos continuidad en las apuestas.

La percepción social de las Matemáticas ha mejorado sensiblemente pero la falta de una política decidida de mantenimiento de la inversión y las apuestas por la Ciencia de más calidad podría conducir a un desencanto que, sin duda, redundaría negativamente en la asunción de la premisa de que sin Ciencia, sin Matemáticas, no hay futuro.

Para un joven hoy en día nada mejor que formarse lo más posible, muy en particular en Matemáticas. Pero los niveles actuales de paro juvenil podrían conducir al desencanto. Estamos ante un círculo vicioso difícil de romper. Sin duda alguna el desempleo juvenil es un cuello de botella que corre el riesgo de ahogar múltiples esfuerzos.

-¿Cuál es el futuro de la Matemática española?

España ha hecho un gran esfuerzo en las últimas décadas por crear grupos de excelencia, centros de investigación de referencia y entornos de formación en investigación del más alto nivel.
Tenemos unas buenas bases pero el futuro dependerá en gran medida de si somos capaces de mantener la apuesta y a inversión en Ciencia y en particular en Matemáticas. El rico panorama de hoy es fruto de muchos años, de décadas, de generaciones de trabajo, pero podría verse truncado si algunos de mejores investigadores confirmados dejaran el país en busca de mejores oportunidades, cosa que ya ha empezado a ocurrir, y los más jóvenes con vocación hicieran lo mismo.
No hay atajos en un mundo científico cada vez más global y el único camino es mantener la apuesta por la enseñanza y la investigación de calidad. Eso cuesta dinero pero más caro sería abandonar los nichos y oasis que hemos conseguido crear.

Artículo publicado en revista Muface por D.V.