La fuga es a veces música, pero en este caso se produce en el silencio de la noche, construyendo vacíos duraderos, al cerrar una puerta, con sigilo.
La anteúltima partida catalana
Cuando la tensión ha alcanzado el máximo, la cuestión no suele ser si el diálogo conviene o no, sino quién ha de hacer la primera renuncia para facilitarlo.