Hay quien opina que, cuando amaine, todo volverá a la normalidad anterior, a los besos y los abrazos, a la gente confiada agolpada en los bares. Pero hay también quien anticipa que nuestros hábitos cotidianos cambiarán para siempre.
Hay quien opina que, cuando amaine, todo volverá a la normalidad anterior, a los besos y los abrazos, a la gente confiada agolpada en los bares. Pero hay también quien anticipa que nuestros hábitos cotidianos cambiarán para siempre.