Resultaba obvio que él naufragaba prematuramente en la certeza de haber perdido lo más querido, que nunca recuperaría, por mucho que rebuscara en la tierra o en el fondo del mar.
En todas las culturas, en todos los tiempos, han surgido pensamientos y modos de vivir impares e innovadores, cuyo valor sólo ha sido reconocido tiempo más tarde.
Nunca lo entenderemos del todo. Decidimos por tanto aceptar y respetar su decisión. Pero el haber aceptado su partida no significa que no le echemos terriblemente de menos.