Foto_homenajeUno de los consejos que dan los grandes maestros a sus discípulos es que, cada vez que vayan a dar una charla en público, con independencia de lo nutrido que este sea y el nivel de especialización del mismo, la preparen como si fuese la más importante de su carrera. En este caso realmente lo es. Sé que cuando pasen los años, de entre las charlas que me haya correspondido impartir, me acordaré especialmente de unas pocas. Sin duda esta será una de ellas.

En esa breve lista estarán otras como la que impartí en homenaje al desaparecido maestro Jacques Louis Lions, la del ICM 2006, la de los 60 años de Jean Pierre Puel, la de mi Premio Euskadi en 2007, la de presentación de Pierre Louis Lions en el Foro Ikerbasque recientemente y, como os decía, ésta.

Todas las que he mencionado son muy distintas pero a la vez tienen algunos elementos en común: optimismo, afecto, admiración y respeto. Estas serían algunas de las palabras que usaría para describir cómo veo a Sole. Si me dejaran más apelaría también al tesón, la lealtad, la justicia, la libertad, la pasión, la generosidad, la transparencia, y, como no, la plenitud que hoy celebramos.

Por tanto, ahora que Sole decide prejubilarse, lo cual, si he entendido bien, en la práctica supone seguir haciendo más o menos lo mismo pero impartiendo alguna clase menos y sintiéndose menos preocupada por la gestión y el día a día de, en este caso, la Sección y la Complutense, se trata de un momento alegre, de celebración.

Sole merece sobradamente este homenaje, por qué no hoy. Los que la conocemos, los que estamos aquí, y otros muchos que no han podido venir, sabemos que es así. De hecho, lo podíamos haber hecho bastante antes. Pero está muy bien que sea hoy, y agradezco a sus organizadores que se hayan ocupado de ello y la oportunidad que me dan de hablar en este acto.

Recuerdo que cuando se celebraron los 60 de Jacques Louis Lions hace ahora 20 años, el acto parecía algo excepcional. No eran habituales por entonces esos homenajes a matemáticos aún activos. Una vez en el lugar se entendía muy bien el por qué del evento. Había tanto hecho, tanta gente que se sentía implicada en su obra y afín a su trayectoria que no se podía dejar pasar la ocasión sin una celebración. Hoy en día es habitual no sólo celebrar los 60, sino también los 50, los 55 de los profesionales, ¿por qué no?

Visto de fuera, puede resultar a veces discutible, pero cuando uno revisa todo lo que esa persona ha realizado en ese período resulta más que justificado. Lo está en este caso, ahora que Sole decide prejubilarse, lo cual todos sabemos que significa, simplemente, que ha decidido gestionar su agenda y sus ocupaciones de un modo ligeramente distinto.

Usaré estos minutos para recordar algunos aspectos de la vida profesional de Sole.

Podrían haber sido otros muchos pero he querido elegir éstos pues creo que en su conjunto trasladan fielmente algunos elementos de quien Sole ha sido y lo que ha hecho en estos últimos 18 años y todo lo que ha significado para muchos de nosotros.

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Sole: la bienvenida

Conocí a Sole en verano del 90, cuando saqué la Cátedra de Matemática Aplicada de la Facultad de Químicas de la Complutense en la que hoy nos encontramos. Fue la primera en darme una bienvenida sincera. No me conocía de nada pero ella ya había sacado sus conclusiones. Fui bien recibido y no sólo en la Facultad sino también en su numerosa y extraordinaria familia que me hizo sentirme desde el principio como me siento hoy: uno más.

Sole y la docencia en Químicas

Sole es infinitamente generosa pero también exigente. Desde el principio me habló de la docencia en Químicas, de lo que aún quedaba por hacer en la Sección. A pesar de los pocos datos de los que disponía me sentí inmediatamente identificado con su planteamiento y mensaje. Siempre me gustó moverme en el terreno profesional guiado por la intuición, buscando la colaboración con los que me resultaban más fiables, deseoso de aprender. En aquella ocasión el cálculo era fácil, fue rápido.

Colaborar con aquella persona sólo podría ser apasionante y beneficioso. Aquel diagnóstico fue sin duda un gran acierto en mi vida. A pesar de estar en un momento dulce en el ámbito de la investigación y del ambiente general que se respiraba que hacía que las cuestiones docentes y organizativas quedaran en un segundo nivel y fueran subestimadas, entendí que me tocaba también ocuparme de esos asuntos, con el mismo interés que prestaba a mis investigaciones, a sabiendas de que contaría con la colaboración y apoyo de Sole.

Era el papel que correspondía al único Catedrático de Matemática Aplicada de la Facultad y, gracias a Sole, me fue fácil adaptarme a la situación. Era una época histórica, en una Facultad llena de talento y personalidades. Alario era decano y tampoco puedo dejar de mencionar aquí su cálida y entusiasta bienvenida.

Sole y la enseñanza de las Matemáticas

En estos últimos años hemos vivido en España un permanente resurgir del tema de la enseñanza de las Matemáticas. Hay muchas razones para ello. Posiblemente la más confesable sea el que se constaten, en efecto, unas claras carencias en ese ámbito tanto en lo que respecta a los resultados generales de nuestros jóvenes como la ausencia de oportunidades para aquéllos que demuestran más interés y capacidad.

Sole se ocupaba de estos temas ya mucho antes que adquiriesen notoriedad. Y lo hacía por una razón muy sencilla. Era profesora. ¿Cómo se puede ser profesor y no ocuparse y preocuparse por estos temas? Me he sentido siempre muy identificado con Sole en su punto de vista en esta materia: un mayor énfasis en lo esencial. “Lisez Euler”, decía Laplace, como nos recordaba Jesús Sanz Serna en su reciente discurso de ingreso en la Academia de Ciencias.

Enrique Zuazua e Ildefonso Díaz posan junto a Soledad Rodríguez

Enrique Zuazua e Ildefonso Díaz posan junto a Soledad Rodríguez

Sole y el compromiso ético

Sole es una persona muy exigente como decía, pero lo es sobre todo consigo misma.

Conduce su vida profesional y personal con un fuerte compromiso ético. Su preocupación porque los matemáticos hiciésemos una excelente labor en la Facultad de Químicas era buen reflejo de ello. Pero su compromiso constante con valores como la libertad, la justicia o la paz no se ha limitado al terreno de las ideas sino que ha marcado disciplinadamente su vida, su día a día. Nunca entendí bien de dónde sacaba tiempo para hacerlo todo y hacerlo bien. Tampoco pregunté. Simplemente observé e intenté aprender.

Sole es matemática pero tiene también mucho de filósofa. Es de esas personas que no se conforman con dar respuesta a los problemas que están planteados, sino que permanentemente busca nuevas preguntas en la convicción de que estas son las que suelen aportar más valor innovador de cara al futuro. Esto ha sido una constante en su trayectoria y ha empapado su carrera dando frutos sustanciales como ha sido, muy en particular, el significativo aumento del peso específico de esta Sección Departamental y el aprecio de las Matemáticas en esta Facultad.

En esta misma línea cabe mencionar su artículo sobre el analfabetismo numérico, publicado por el diario El País en 1999, que llamaba la atención sobre este importante hecho, sorprendentemente minusvalorado por la mayoría de los matemáticos, más preocupados por la ausencia de base suficiente de los alumnos cuando ingresan en la Universidad, como si lo que se pone de manifiesto a los 18 años no fuese fruto de todo un transcurrir por nuestro sistema educativo desde la infancia.

portada libro_2Sole y su libro

Un día hace unos años a Sole se le propuso escribir un libro de “Matemáticas para estudiantes de Químicas” para una colección coordinada, entre otros, por Carlos Seoane. Sin duda una gran idea de Carlos. Todos la animamos aunque tampoco era muy necesario. Durante algunas semanas Sole entró en catarsis para pensar y diseñar lo que sería su libro. Muchos de nosotros recordamos la ronda de consultas que estableció al respecto y que barría los más diversos aspectos que iban desde el editor de textos u ordenador a usar hasta los contenidos o el programa para las figuras. Pero un día dejó de consultar y al de unos meses vino con un libro excelso para el que tuve el privilegio de escribir el prólogo. No sé como lo hizo. Sin duda, nuevamente, tesón, disciplina y una organización magistral de su agenda y tiempo.

Ahora sólo esperamos el segundo volumen, el dedicado al Cálculo en Varias Variables y las Ecuaciones Diferenciales.

Sole y los libros

Sole es una persona muy culta. Ha vivido rodeada de libros pero sin que estos ocupasen más espacio del necesario en sus dependencias. Nunca he sabido donde los guarda. Cada cumpleaños me regala uno, cada uno más acertado que el otro. El último, hace pocas semanas, ha sido la última conferencia de Ralph Pauch. Gracias Sole por todos esos buenos libros. Yo siempre intenté corresponder, aunque con menos acierto.

Recuerdo uno que para mí tiene un valor especial: el libro editado a la ocasión de una exposición de Marc Chagall a mediados de los 90 en Paris.

Sole y Jose

Sole ha sabido siempre forjarse una buena fortuna, no sin esfuerzo pues hay que saber ganarse la buena suerte. Sin duda uno de sus mejores tesoros es Jose, su marido. No estoy aquí para hablar de él pero me resulta difícil no hacerlo. Tal vez me voy a limitar a recordar lo que es su consejo preferido. ¡Disfruta! Disfruta con tu nuevo curso, con tu nuevo trabajo, con tu nuevo libro o incluso disfruta si lo que hoy tienes entre manos te resulta más que conocido.

Estoy seguro que Sole sabrá disfrutar de su nueva situación profesional y difícil pensar en una mejor compañía que la de Jose.

Sole con su marido Jose Sagredo.

Sole con su marido Jose Sagredo.

Sole y el buen consejo

Sole me ha apoyado mucho, muchísimo. Ha sabido también, sutilmente, pero de manera eficaz, llamar mi atención sobre temas o situaciones cuando creyó que era necesario. Y yo he aceptado de buen grado mi papel de alumno. Como he mencionado antes lo hizo ya el primer día que nos conocimos para ayudarme a dimensionar la tarea y responsabilidad que asumía con la Cátedra de Químicas. Pero Sole ha sido para mí, sobre todo, una gran amiga, un referente y ha sabido ayudarme y darme buenos consejos en momentos importantes y críticos.

Nunca ha fallado cuando he acudido pidiendo ayuda y ha sabido, en el transcurso de los años, y con independencia de donde y en que anduviera, mantenerse siempre próxima. Gracias, Sole.

Sole: una referencia

No quiero extenderme más. Sólo acabar indicando que Sole ha sido y es para mí, y creo que para otros muchos, sobre todo, una referencia. Ella es un personaje – “Persona de distinción, calidad o representación en la vida pública”, según el diccionario de la Real Academia- que tiene mucho de épico. Sin duda en la literatura española habrá figuras que reflejen bien sus valores, su personalidad.

Pero no me atrevo a ser yo quien los identifique. Prefiero simplemente mencionar algunas frases que ella misma alguna vez me ha enseñado o recordado y que encajan perfectamente en ella y el momento. La del Cid cuando decía “Dios, que buen vasallo si hubiera buen señor”, o la del jugador de golf Gary Player que decía que “Cuanto más practico, más suerte tengo”.

Soledad Rodríguez, Enrique Zuazua y el marido de Rosa Pardo Juan de Meer.

Soledad Rodríguez, Enrique Zuazua y el marido de Rosa Pardo, Juan de Meer.

Otros habían dicho cosas semejantes. Por ejemplo, Tomas Alva Edison que en su día dijo que “El genio es un uno por ciento de inspiración, y un noventa y nueve por ciento de transpiración”, o, del mismo modo Pablo Picasso quien decía que “La inspiración existe pero tiene que encontrarte trabajando en el taller”.

Todas estas frases me recuerdan mucho a Sole, por su tesón, por su lealtad, ambos valores inquebrantables en ella. Ella constituye una permanente referencia, mucho más de lo que ella imagina. Hoy es un buen día para confesarlo.

Pero hay una cosa más: la modestia. También en eso Sole aprendió como los grandes, posiblemente desde niña, en su casa. Newton en su día dijo “Lo que sabemos es una gota de agua; lo que ignoramos es el océano….” Sole siempre ha sabido mantenerse fiel a ese principio, incluso en los momentos más difíciles, lo cual, en sí, es una profunda muestra de sabiduría.

Los que hemos tenido el privilegio de conocerla y compartir con ella de cerca sabemos que es una extraordinaria persona y que ha hecho una labor profesional que, en muchos aspectos, y muy en particular para las Matemáticas de esta Facultad y en general en el ámbito de la enseñanza de esta materia, ha supuesto un antes y un después.

Enhorabuena Sole por una vida personal y profesional plena. Zorionak!

Bilbao, 16 de Octubre del 2008

Enrique Zuazua

Homenaje a Soledad Rodríguez, 17 de octubre de 2008, Facultad de CC. Químicas, Universidad Complutense de Madrid.